Conmovedora "Madama Butterfly" de Puccini en el Festival Santa Lucía
Siendo una de las propuestas artísticas más atractivas de la edición 2012 del Festival Santa Lucía, quienes tuvimos la oportunidad de asistir a la primera función no quedamos defraudados.
El hecho es que esta “Madama Butterfly” resultó ser de una
igualdad artística notoria. Ninguna voz desentonó; los principales
protagonistas fueron interpretados con el mejor de los elencos nacionales
posibles que bien podría engalanara otras escenas internacionales.
Lugar de honor se lo merece Eugenia Garza, quien verdaderamente se volcó sobre su personaje;
logró convincentemente la transición de
la japonesa ingenua y aniñada del primer acto a la mujer valiente que toma la
fatal resolución. Fue la primera Butterfly de Garza, lo cual es sorprendente,
dado lo bien que le queda dicho papel. Definitivamente sus medios vocales están
para cantar el repertorio verista más que el belcanto de Il Trovatore, por
ejemplo. Aunque siempre se ha dicho que es una buena actriz claramente lo es
cuando el personaje le representa un reto pues no se puede decir lo mismo de su
Leonora de hace un año.
Garza manejó su voz a su antojo, logrando momentos de gran emoción
como en su aria final que no falló para conmover hasta las lágrimas. “Un bel di
vedremo” sonó un poco más medida y tentativa pero pasó como un momento
dramático y convincente de la ópera en lugar de un momento desarticulado. Su
canto mostró sensibilidad a las dinámicas incluyendo algunos “pianos” de gran
belleza. En contraste, su registro agudo a veces puede parecer metálico pero en
la escuela italiana de fines del romanticismo esto no es necesariamente
intrusivo.
José Luis Duval fue un Pinkerton de estupendo nivel. El
papel lo conoce al dedillo. Fue convincente dramáticamente; logrando un
personaje arrogante e insensible que únicamente al final muestra un dejo de compasión.
Su timbre lució bello y parejo en todos
sus registros. Mejor interpretación de “Addio Fiorito asil” no podemos
encontrar el día de hoy; fraseo refinado, estilo, pasión en la justa medida.
Sharpless es un papel ingrato que requiere sobretodo de
musicalidad; tiene un breve dueto con Pinkerton y algunas bellas frases aquí y
allá. La voz oscura de Sulvarán se escuchó plena, emotiva. Fue atento a las
dinámicas del papel y caracterizó con acierto la bonhomía del personaje.
Grace Echauri cantó ese otro papel ingrato de Suzuki con
gran refinamiento e impecable caracterización dramática. Sus intervenciones al
lado de Garza mostraron una voz de gran presencia y tintes dramáticos.
Del resto del elenco sobresalió José Medina como el
casamentero Goro quien mostró lo importante de tener cantantes de nivel en
roles comprimarios; su caracterización fue excepcional y dio un sentido de
reposo al drama en los momentos de tensión. Oscar Martínez también fue demasiada pieza
para el Comisario, mostró tablas dramáticas al igual que Oscar Velázquez como
un Bonzo de buen fuelle.
Si todos estos elementos vocales estuvieron al servicio del
drama, dos personas fueron fundamentales para lograr el cometido; Juliana Faesler en una acertada y meticulosa propuesta
dramática; rescatando con fidelidad el costumbrismo japonés; marcando los
contrastes entre la cultura oriental y occidental ; y haciendo de la muerte de
Butterfly un momento poético con la incorporación del espíritu de su niñez
(interpretado soberbiamente por la bella niña Natzuki Watanabe),
afortunadamente estuvimos lejos del melodrama burdo y poco convincente. Enríque Patrón de Rueda mostró su compenetración y conocimiento completo del repertorio pucciniano con una lectura de gran sensibilidad; logró algunas de las sonoridades más sutiles que le hemos escuchado a la OSUANL y me atrevo a decir que ha sido la función más esplendorosa y homogénea de ópera que se la escuchado al ensamble en años. Sus tiempos siempre permitieron a los cantantes respirar y frasear su música. Sobretodo fue de nota la continuidad lograda en el último acto en donde dio rienda suelta a los metales logrando un dramatismo estrujante.
Aunque Butterfly es esencialmente una ópera intimista la prestación coral fue correcta aunque se echó en falta un cuerpo de voces más numeroso, principalmente en el atmosférico coro a boca cerrada.
Aquellos que estuvieron a cargo de la preparación musical y
artística lograron un trabajo superior a lo que se ha visto recientemente en ópera
de Nuevo León.
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