¿Por qué vale la pena votar en las elecciones mexicanas de julio?
La pregunta con la que comienzo esta reflexión se podría entender de dos formas, al menos; 1) Como una invitación a leer un texto en el cual se contestará asertivamente esa pregunta y 2) Como una pregunta irónica y desesperanzadora que obtendrá una respuesta negativa. A pesar de que varios editorialistas, analistas políticos, intelectuales y pseudos-intelectuales han hablado ya de las bondades del voto blanco sigo creyendo que este es un desperdicio. Sobretodo en un país que realmente es democrático desde 12 años atrás únicamente.
¿Por qué yo que soy hombre de la cultura empleo mi tiempo en hablar de política? Porque he trabajado en el sistema político y las políticas culturales y porque creo que el destino de un pueblo es responsabilidad de aquellos que tenemos capacidad de decisión.
Las elecciones de este 2009 son singulares. Por un lado hay una gran decepción en un sector de la población. Por otro lado la contienda electoral ha sido sanguinaria en algunos partidos donde impera la ilógica del marketing y sus excesos. Diversas crisis han afectado a México y la violencia fruto del narcotráfico y delincuencia que ha sufrido la población en general ha generado una desconfianza sin precedentes en los candidatos y sus partidos.
Desafortunadamente una parte del sector intelectual ha llegado a la gran conclusión que el voto en blanco es una gran arma. En un México de 12 años de democracia. En un México donde una porción significativa de la población votará por caudillos, compromisos sindicales y algunos bienes de primera necesidad.
Denise Dresser ha dicho que “Anular es votar”. Cándidamente dice que “La anulación no intenta dinamitar el sistema de partidos, sino mejorar su funcionamiento”. No podemos negar que muchos ciudadanos estaríamos de acuerdo con el razonamiento de Dresser; “Porque llevamos años pidiendo que los partidos democraticen el sistema, sin que lo hayan hecho. Porque llevamos años exigiendo que combatan la corrupción, sin que hayan mostrado la menor disposición a ello”. Desafortunadamente Dresser no nos explica (y probablemente no podrá) cómo el voto blanco es “usar esta oportunidad para cambiar un sistema que privilegia la rotación partidista por encima de la representación ciudadana”. Nada nos garantiza que los partidos políticos, el gobierno, quien esté detrás del poder tomarán cartas en el asunto ante una cantidad considerable de votos anulados. Francamente esto no le quitará el sueño a diversos diputados y alcaldes, directores y demás logrones que han vivido del sistema sin dar resultados. Lo que proponen Dresser y algunos otros será un reclamo que no entrará a oídos sordos.
Creo que los cambios se dan con una participación propositiva, no velada. Los cambios se pueden realizar eligiendo a las personas indicadas para representarnos. Estoy convencido que dentro de los partidos todavía hay gente de calidad. Es nuestro deber ciudadano identificar a esas personas y darle nuestra confianza. Las elecciones no son para tomar decisiones de repudio o anulación por fracasos de seis o tres años. Nuestro deber ciudadano era quejarnos con nuestros representantes antes del momento de votar. En este sentido yo propongo la creación de un Consejo Ciudadano Visor del Desempeño Político. Eso si que tendría en jaque a varios politiquillos de poca monta que han vivido a expensas de la ciudadanía.
México no se puede dar el lujo de no votar. Sufrimos demasiado tiempo la imposibilidad de valer nuestro derecho a decidir como para añadir una propuesta de voto en blanco junto con los apáticos usuales que deciden por diferentes circunstancias no hacerlo.
Es indispensable promover e impulsar una reforma de elección de candidatos. No es posible que sujetos que se dedican a reportar el clima o que han salido del limbo con estudios limitados sean representantes de la ciudadanía. Ahí en las cámaras deberían de estar los mejores. Suena utópico pero al menos en otros países de esta forma funciona. Me recuerda a un politiquillo cultural del DF que mencionó en una ocasión que la capital de Malasia era Singapur (Como diría el sabio latino “O tempora, o mores”)
Vidal Garza Cantú prevé el 5 de julio como “un día que fortalezca nuestra democracia si los ciudadanos tomamos nuestro derecho de votar y lo ejercemos libremente”. Concuerdo con ello. Garza Cantú da en el clavo cuando dice “anular el voto asume que a los partidos les interesa leer lo que la ciudadanía quiere expresar invalidando su boleta” ¿Tu crees que verdaderamente los partidos leerán o querrán leer el voto nulo como síntoma de descontento? Lo dudo.
También surgen otros puntos de vista como el que opina que todos los partidos y candidatos son iguales. Esa es una idea francamente simplista que está alejada de una verdad objetiva. Me parece que en estas elecciones queda clara la calidad y entereza de varios candidatos que han realizado su esfuerzo para ganar votos. Es absurdo realizar descalificativos con respecto a la guerra sucia. En Estados Unidos, Europa el juego político es similar. El candidato estoico que ignore las acusaciones y guerra sucia de su alrededor pocas veces llegará a puerto salvo. No en un momento en donde se requiere calidad humana y carácter.
Tenemos opciones. Pero ¿Nos hemos tomado el tiempo de profundizar en los contenidos o nos hemos quedado al nivel epidérmico de la guerra sucia?
Este 5 de julio tenemos que fortalecernos como seres con capacidad de decisión. Yo no voy a dejar el futuro de mis hijos al voto duro o esperar que los partidos comprendan mi inconformidad. Yo voy a hablar votando. ¡Considera esta opción!
Comentarios
Al primer "Anónimo": Estoy de acuerdo que hay que construir una democracia desde la célula familiar. El problema es que la política ahí sigue y si se pasa por alto apáticamente no es de extrañarse que vuelvan los tiempos de dictadura perfecta. A todos aquellos "nostálgicos" les diré que entonces no había libertad de expresión y el pueblo no estaba mejor que ahora.
Al segundo "Anónimo": Estoy de acuerdo con los postulados e intenciones detrás del voto nulo. En lo que no estoy de acuerdo es en el medio: Voto nulo. No en un país tan endeblemente democrático. Si bien no se le puede achacar exclusivamente al voto nulo la nueva configuración política si ha sido un factor a inclinar a un partido el poder de toma de decisiones. No creo que la estrategia correcta sea darle al PRI más poder sino responsailizar a todos los partidos del desencanto nacional.